viernes, 8 de enero de 2010

Lugares Comunes


No puedo inmiscuirme así como así

en tus silencios
como hacen las campanadas tristes
marcando horas inciertas

Sonido de tu ropa
crepitar de sudestada
desempolvo las dos copas
heredadas

Hago propio tu mutismo
dándote la espalda
hacemos contacto visual
restablecidos por la acción residual
de amores invocados

En esta casa conviven carcajadas
el llanto desdentado
la pulcritud con el aciago esplendor
de la pereza


Vine especialmente
como tantos pobres diablos
sentados
en los muebles empotrados
a reírme de las encrucijadas

Cerciorándome de la verdadera
distancia entre dos personas
acribillando mis anteriores creencias
con empirismo
con soltura
derritiendo el óxido

muriendo un poco.