jueves, 30 de abril de 2009

Parsimonia


El hombre bebe el aire de una taza
Contempla el diario de páginas cobrizas
Gesticula
Murmura

Pequeños artilugios en nobles materiales
Algunos herrumbrados, protegidos por telarañas
Descansan teatralmente en la sombra,
el espíritu que los animaba ha muerto.

Generan la incomodidad de las cosas inútiles
Y la nostalgia por tiempos mejores
Sin alienación
Con buenas guerras para purgar

El viejo biombo chino
Soporta pacientemente su propia decadencia de colores
opacados con el tiempo.
De manchas oscuras y agujeros con hilachas.

Las cortesanas que lo adornan han visto
tantos cambios de ropa

De disfraz
Han contemplado las intimidades de la carne
De tantos seres
Sintiendo el sutil perfume característico de cada uno
Conociendo el gesto íntimo
El segundo en el que somos una isla absoluta
Y nunca lo notamos

La mujer asiente
mientras estira sus finos dedos frente a su cara

Los hace bailar, en fascinada contemplación
Tal vez intuyendo la levedad
En las esporas de éter.

lunes, 27 de abril de 2009

Hiel


Vislumbra

El sueño pálido

Líquido y cápsula.

Supéralo todo químicamente


Un lienzo parte el cristal
Los fragmentos se elevan

Sus colores sensatos
Enmarcan el pandemonio

Las líneas se bifurcan
En trazo nervioso y sensual

[Puntas de pincel en el suelo, goteando el sueño de columnas helénicas.]

Puedo llorar hasta quedarme ciego
Escuchando plegarias abstractas.

Nadando en la ebullición primaveral de los ataúdes

A veces son reptiles negros bajo tus pies

A veces son biblias de seda

El burbujeo no se agota

El pulso era normal y deseábamos aislarnos
Para no ver y conocer lo que podríamos necesitar

Ahora envejecemos como el ocre

Añoramos

Nos vaciamos

miércoles, 15 de abril de 2009

Caricias Mentales


Al cruzar las distancias
Pienso que voy a encontrarte
Al sentir el frío
Del amanecer

La nobleza del camino solitario
Caminar abrigado
Llevando encima todo lo que poseo en este mundo
Lejos, muy lejos debo estar para alcanzar
el estado mental adecuado

Parando los autos

Dejando de contar los pasos

Descansan las combinaciones

En esta peregrinación guardo el pasado
En un bolsillo mental
Abigarrado

Allá lejos el cénit
Todo se acerca
los vientos dibujan
los vientres bailan.


Percibo diferencias en el tono,
podría guiarme a oscuras
y recorrer la distancia entre nosotros
Recuerdo cómo llegar a cada uno de nosotros

Siento que me palmean el hombro
Revuelvo el tiempo y beso tus ojos egoístas
Cada párpado celeste
En esa noche de perfume infantil
Donde conocimos las semisombras
Una sensación enorme y clara, expansiva
Que no pude volver a encontrar jamás.

[Tendrás la fortuna del papel
Dependerás de quien te haga las marcas
Y con que intención]

sábado, 11 de abril de 2009

Verdinegro


[Somos los niños con visiones de guerra
Somos el color pardo que toma la sangre en la madera
La flor que se pudre al contemplar el homicidio]

Llegamos al claro entre las malezas
Aislados, palúdicos, temblando al intentar abrir la ración de conservas
Devorando desesperadamente, ignorando las larvas que cubren el alimento
Aprovechándolas

Ya saciado, el soldado yace sentado con las rodillas flexionadas. Apoya su espalda en un tronco hueco de gran tamaño. Siente el abrazo del calor, ahogándolo, violentamente nauseabundo en los días de trayecto desesperado y sin la posibilidad de recostarse y dormir. Su cuerpo lo abandona lentamente, y el aire enrarecido lo sugestiona. Dormita con ojos abiertos, amarillos, y su mente evoca los días en las calles de Sicilia, robando mendrugos de pan, recorriendo los atardeceres en bicicleta. No puede recordar una sola cara, a ningún familiar ni amigo, por mucho que lo intente.
Suelta algunas lágrimas, que surcan su cara y humedecen el suelo, al morir sin el pequeño soplo de ternura, sin el alivio y la nostalgia de las sonrisas de los amigos, los juegos, los días en el río, los planes que hacían para encontrarse con las chicas, el amor de su austera familia, de su madre, adusta, religiosa, siempre optimista, de su padre, severo y trabajador, violinista frustrado y gran enmarcador de cuadros, con sus consejos fatalistas, con su franqueza. Su hermana, princesa, diabla, aguda inteligencia, siempre retándolo, siempre alentándolo. La fiebre y la alucinación lo habían vaciado. Solo la imagen del cielo anaranjado recortada por las ramas de los árboles ocupa su mente antes de morir, como una fotografía.

miércoles, 8 de abril de 2009

Pueblo Ajeno (tantos otros)


[ Las órdenes del rey viajan por mar...
tardan en llegar. ]

A ver dónde guardo este secreto.
Ya no hay lugar para mas

Custodiados por los márgenes del cuerpo
Mirando a las criaturas rezar.
Va por ellos, y entre ellos
la frondosidad

Nadie conoce tu cara
Cuando estas solo
Bajo las sábanas.

Aire cálido
Rincones de pánico
Oliendo el rocío
La claridad matinal
y la humedad
sobre la mesa de mármol

Cría los conejos

Son seres extraños
Míralos correr sobre las ondulaciones de terreno

Oliendo la hierba en lo alto de las conversaciones.

No se enteran cuando mueren
Como tantos otros

Como tantos de nosotros
Hundidos en la síncopa