miércoles, 30 de diciembre de 2009

Los Incurables


Para que malgastar medicina
en los incurables
hacemos fila en los bloques
de los institutos
para recibir de manos en barras de hierro
los multicolores genéricos

los fines de semana nos visitan
sin contarnos las desgracias familiares
nuestras madres devenidas en Sherezade
o las comadres que ellas enlistan

el sol quema el cerebro

algunos intentan apartarlo
con rituales ecuménicos
aprendidos en los libros permitidos
(propiciatorio e imprecatorio
reverenciando al altar, no al sagrario )

de a dos o de a tres
las licenciadas perfumadas
incentivan a matarte
para no ocupar mas catres

los idiotas babeantes marcan su camino
como caracoles hablantes
en idiomas venusinos;
en degradación errante

las ventanas oxidadas
abiertas de par en par
para quien se quiera tirar
y dejar libre una vacante
o al menos quedar en coma
con heridas lacerantes
asi son menos molestos
para los pasantes

ninguno es demasiado distinto a lo que conoces
a lo que diariamente ves u oyes
pero nos hemos desgastado
con el diario roce

las cosas empeoran
he perdido a mis amigos,
al ancla de mi navío
sucumbiendo a tempestades
contra los montruos marinos
creí ganar, delirante

caí al infierno escuchando
el canto dulce
acá no sirven navajas
sino pedir por piedad
al redentor en sandalias

Para qué malgastar espíritu santo
en los pecadores
hacemos fila en las misas
de las iglesias
para recibir de manos en púlpitos
hostias genéricas

En Cuaresma, Pascua o Adviento
el diácono recita homilía
hablándonos de Gepetto
o de lo propio del día

[Nuestro vudú personal compone de:
pelos de lauchas
fotos de personas
tópicos conversacionales remanidos
que suelen ser divertidos
promesas de esperanza
cuestiones de índole personal comunes al espectro cotidiano dentro de los márgenes de la sociabilidad, sólo que con algún pequeño matiz excéntrico y eso si, todo a escala de maqueta.]

lunes, 14 de diciembre de 2009

Excursión

(Dedicado a e inspirado por J.C. Onetti)

Vi empequeñecerse los vagones de los trenes
alejándose entre dos anchas líneas verdes
segregando doble estela los rieles
bajo el sol fulgurante de setiembre

Iba solo en el andén...

Casa ennegrecida, solemne
un principio de campo
bancos de piedra junto a la fuente
pasto amarillento curvado

Arranqué un largo tallo y caminé.

El simple saludo de la naturaleza
mientras el alma se virginiza
piel de durazno, aroma a tierras
charca vidriosa, camisa abierta


Acaso no fuera posible vivir siempre allí

en cuanto comenzara la primavera
huir de la ciudad hacia una casita cualquiera
trabajar por las mañanas en lo que quisiera

Desensillando con las primeras estrellas
una dulzura resbala en las venas
forma una mueca en la boca plena
de paz sempiterna