domingo, 22 de febrero de 2009

Ventana del Naufragio


En el espacio entre el río y el puente
vislumbro los vestigios flotantes.
Los restos de lo que quedó

Es una tragedia

Preferimos estar
Apocados en la diadema, con el calor de hogar
Cubiertos de mantas, escribiendo, con el espíritu tibio,
Con la antigua biblioteca empinada.

En el escape onírico del encierro,
el filo de la diáspora nos acongoja

Ciudad de garra cruel!

Sigues rodeando tu colosal, prístina y arcaica fuente de vida
Con hordas y hordas de personas,
que usarás para engrosar tus paredes
tras el bello juego del asesinato

Ondulante marea de asfalto vomitan tus venas
ahogando a los vagabundos
ahogándome en el pánico
diluyéndome en un grito



[El "presagio",
atado de pies y manos,
golpeado hasta la inconciencia por portadores de distintivos]